Un operativo de gran envergadura llevado a cabo por las fuerzas de seguridad ecuatorianas ha puesto al descubierto una extensa red de comunicaciones no autorizadas en la cárcel 4 de Quito, donde se encuentran recluidos varios exfuncionarios de alto perfil acusados de corrupción.
Este jueves 20 de junio de 2024, un contingente de aproximadamente 200 efectivos, entre policías y militares, irrumpió en las instalaciones penitenciarias como parte de las medidas implementadas bajo el decreto de conflicto armado interno. Durante las cinco horas que duró la inspección, las autoridades decomisaron un arsenal tecnológico que incluía 21 teléfonos celulares y 14 cargadores, además de cables de fibra óptica y diversos electrodomésticos.
Entre los reclusos de esta prisión se encuentran figuras conocidas como Carlos Pareja Yannuzzelli, exgerente de Petroecuador, y Wilman Terán, expresidente de la Judicatura, actualmente procesado por delincuencia organizada. Sorprendentemente, a pesar de la minuciosa búsqueda, no se encontraron armas en poder de los 67 internos.
Este hallazgo pone de manifiesto las graves deficiencias en el sistema penitenciario ecuatoriano y plantea serias preguntas sobre cómo estos dispositivos lograron ingresar a una instalación supuestamente de alta seguridad. La presencia de equipos de comunicación sofisticados sugiere la existencia de una red de contrabando bien organizada que podría estar operando con complicidad interna.
El operativo forma parte de una serie de acciones emprendidas por el gobierno para combatir la creciente inseguridad y el crimen organizado en el país, incluyendo dentro de los centros de reclusión.