México se enfrenta a una crisis de salud pública sin precedentes mientras una ola de calor extremo continúa cobrando vidas en todo el país. Desde marzo, las autoridades han confirmado 155 muertes relacionadas con las altas temperaturas, con 30 fallecimientos tan solo en la última semana.
La Secretaría de Salud reveló este 20 de junio que se han registrado 2.567 casos de daños a la salud por "temperaturas naturales extremas". El estado de Veracruz lidera trágicamente las estadísticas con 56 muertes, seguido por Tabasco, Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí.
Un estudio reciente de la Atribución Meteorológica Mundial (WWA) señala que el cambio climático ha multiplicado por 35 la probabilidad de olas de calor mortales en la región. Esta realidad se ha manifestado de forma alarmante en México, donde varias ciudades han pulverizado sus récords históricos de temperatura en mayo.
La capital del país no ha sido la excepción. Ciudad de México ha superado cuatro veces su máximo histórico este año, alcanzando los 34,7 grados centígrados el 25 de mayo, muy por encima de los 33,9 grados registrados en 1998.
Las previsiones no son alentadoras. La Secretaría de Salud advierte que gran parte del territorio mexicano seguirá experimentando temperaturas extremas, que podrían superar los 45 grados en estados del norte como Baja California y Sonora.
Esta crisis climática no solo afecta a los humanos. La fauna también sufre las consecuencias, con reportes de muertes masivas de monos aulladores en las selvas de Tabasco y Chiapas, donde el termómetro ha superado los 40 grados.