Manabí, una provincia en el oeste de Ecuador, se encuentra en medio de una ola de violencia criminal y masacres, y las autoridades han confirmado que el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mexicano está detrás de esta situación. El CJNG está en guerra con una de las bandas criminales de Ecuador, Los Choneros, y ha establecido su presencia en Manta y Portoviejo, donde ha habido más de 150 muertes violentas en lo que va de 2024.
El CJNG, uno de los carteles de la droga más poderosos de México, se ha establecido en Manabí y ha establecido una guerra con Los Choneros por el control del tráfico de drogas en la región. La organización se ha distinguido por su violencia extrema y su disposición a atacar directamente a las autoridades.
El CJNG se disputa lucrativas rutas de tráfico de drogas hacia Estados Unidos con el Cártel de Sinaloa, y Manabí es una de las áreas clave en esta rivalidad. La organización se creó en 2007 como una agrupación de sicarios al servicio del Cártel de Sinaloa, pero se independizó alrededor de 2010 y ahora se considera una de las organizaciones criminales más poderosas de México.
El CJNG se ha distinguido por su uso de armas de largo alcance y su disposición a atacar a las autoridades directamente. En mayo de 2015, el cartel derribó un helicóptero militar en Jalisco, México, con un lanzacohetes, dejando ocho militares y un policía muertos.
La presencia del CJNG en Manabí ha llevado a una ola de violencia en la región, con más de 150 muertes violentas en lo que va de 2024 en Manta solamente. La policía ha confirmado que el CJNG está detrás de muchos de estos crímenes y ha establecido una presencia militar en la región para tratar de controlar la situación.
El líder del CJNG, Nemesio Oseguera, alias "El Mencho", es uno de los capos más buscados por las autoridades de Estados Unidos, con una recompensa de USD 10 millones por su captura. La organización se ha expandido por todo México y ha establecido una presencia en varios países de América Latina, incluyendo Ecuador.
La presencia del CJNG en Manabí es una señal preocupante de la creciente influencia del crimen organizado en la región. Las autoridades están trabajando para tratar de controlar la situación, pero la violencia y la corrupción siguen siendo una amenaza importante en la región.