Una alerta sanitaria sacude al Ecuador tras la revelación de un nuevo informe de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), emitido este viernes 14 de junio. Según el documento, un lote del queso parmesano rallado de la marca González, que se comercializa en diversos supermercados del país, está contaminado con plomo.
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El análisis de Arcsa detalla que el producto lácteo superó el parámetro de plomo especificado en la normativa del Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen), lo que representa un grave riesgo para la salud de los consumidores. A pesar de que la autoridad sanitaria dispuso a la empresa González retirar el queso parmesano contaminado de las perchas del mercado, esta medida aún no se ha cumplido.
La situación se agrava al conocer que este no es el único producto lácteo contaminado detectado por Arcsa. El informe también señala la presencia de escherichia coli, listeria monocytogenes y enterobacterias en el queso entero semimaduro Nelita, el cual tampoco ha sido retirado del mercado.
Asimismo, se encontró contaminación microbiológica en la mantequilla original de la marca La Original, producto que sí fue retirado de las perchas. Por otro lado, la leche pasteurizada Pura Crema incumplió con los estándares de esterilidad comercial, pero continúa a la venta.
La noticia ha generado indignación entre los consumidores, quienes exigen acciones contundentes por parte de las autoridades para garantizar la seguridad alimentaria. La empresa González, en particular, ha sido objeto de duras críticas por su aparente desacato a las disposiciones de Arcsa y por poner en riesgo la salud de los ecuatorianos.
Expertos en salud pública advierten sobre los peligros del consumo de alimentos contaminados, especialmente aquellos que contienen metales pesados como el plomo, que pueden acumularse en el organismo y causar daños neurológicos, reproductivos y cardiovasculares a largo plazo.
Ante esta alarmante situación, es imperativo que las autoridades sanitarias y de control intensifiquen sus esfuerzos para hacer cumplir las normativas y sancionar a las empresas que pongan en riesgo la salud de la población. Los consumidores, por su parte, deben estar atentos a las alertas y evitar la compra de productos lácteos señalados como contaminados.
Este escándalo alimentario pone en evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de vigilancia y control de la industria láctea en Ecuador, así como de promover una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las empresas productoras. Solo así se podrá garantizar que los alimentos que llegan a la mesa de los ecuatorianos sean seguros y de calidad.
