Una reciente filtración de chats ha revelado presuntas conexiones de corrupción, tráfico de influencias y manipulación mediática en Ecuador, involucrando a políticos, periodistas y funcionarios judiciales.
La Posta publicó la tercera parte de los supuestos chats del fallecido excandidato presidencial Fernando Villavicencio, asesinado en agosto de 2023. Estos mensajes muestran, entre otros, vínculos comprometedores entre Villavicencio y Marlon Puertas, propietario del portal La Historia, quien habría solicitado recursos para influir en la difusión de ciertas noticias. Villavicencio, por su parte, habría gestionado fondos de empresas privadas mientras ejercía como legislador.
Otra revelación destacada incluye a Amanda Villavicencio, hija del excandidato, implicada en presuntos pagos de USD 20.000 relacionados con el narcotráfico, realizados por Nahim Massuh y transferidos a su cuenta. Este financiamiento habría incluido costos operativos del portal Periodismo de Investigación, donde Amanda es editora.
El escándalo también involucra a otras figuras de la política y los medios, como Carlos Pareja Cordero, alias Capaco, y los hermanos Isaías, quienes supuestamente habrían hecho aportes económicos tanto a Villavicencio como a Christian Zurita. Además, los mensajes revelan decisiones estratégicas de no publicar detalles sobre presuntos vínculos entre el expresidente Guillermo Lasso y la mafia albanesa.
Los chats implican a periodistas reconocidos, como Álvaro Rosero de Radio Democracia, que habría recibido pagos para proteger la imagen de Villavicencio, y José Najas de Radio Sucesos, señalado como operador de un centro de trolls responsable de ataques políticos. Entre sus acciones, destaca un video que afectó la reputación de la asambleísta Viviana Veloz.
Estas revelaciones cuestionan la ética de figuras públicas, medios y la independencia judicial en Ecuador. Aunque la autenticidad de los chats no ha sido confirmada por las autoridades, la publicación ha suscitado un fuerte debate y se espera una respuesta oficial ante la gravedad de las acusaciones.