El Gobierno ecuatoriano aspira a resolver la crisis eléctrica para diciembre de 2024, aunque enfrenta dos grandes desafíos: una sequía severa que afecta la operación de las hidroeléctricas y un déficit de energía que sobrepasa las proyecciones iniciales, lo que ha llevado a racionamientos diarios de electricidad en el país.
Las condiciones climáticas en la cuenca oriental, donde están las principales hidroeléctricas, han agravado la situación. Durante noviembre y diciembre, los meses más críticos de sequía, las hidroeléctricas solo operan al 35% de su capacidad. El caudal de agua en el embalse de Mazar, que alimenta tres importantes hidroeléctricas (Mazar, Paute-Molino y Sopladora), es uno de los más bajos de los últimos cinco años, situación que también afecta a Coca Codo Sinclair.
A este reto se suma un parque termoeléctrico que no alcanza el 50% de operatividad, con apenas 879 megavatios de los 2.062 instalados funcionando actualmente. La barcaza alquilada en Guayaquil solo aporta 100 megavatios desde el 16 de septiembre, mientras el resto de plantas termoeléctricas permanece en mantenimiento o fuera de servicio.
Según el gobierno, se espera que 501 megavatios adicionales estén operativos antes de fin de año, lo cual reduciría el déficit, pero no lo eliminaría. Se prevé, además, la contratación de 410 megavatios adicionales, que entrarían en funcionamiento gradualmente hasta marzo de 2025. Mientras tanto, el presidente Daniel Noboa prevé viajar a Colombia el 29 de octubre para gestionar el reinicio de la venta de electricidad de ese país a Ecuador, la cual fue suspendida en agosto debido a la sequía que afecta también a Colombia.
Aunque el gobierno avanza en contratos para incrementar la generación eléctrica, expertos como Gabriel Secaira y Marco Acuña recomiendan mantener los racionamientos para preservar los recursos hídricos y manejar de forma más óptima la escasa energía disponible. Aun con las nuevas medidas, el país podría enfrentar cortes de entre siete y ocho horas diarias en diciembre, una situación que se tornará crítica en las festividades de fin de año, cuando tradicionalmente se incrementa el consumo eléctrico.