En tan solo un día, entre el 1 y 2 de julio, la erosión regresiva del río Coca avanzó 300 metros, reduciendo la distancia entre el fenómeno erosivo y las obras de captación de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair a aproximadamente 6,1 kilómetros, según informes de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec). Para el 1 de julio, esta distancia era de 6,4 kilómetros, pero el rápido avance erosivo en un solo día ha generado preocupaciones significativas.
Riesgo para la infraestructura hidroeléctrica
El avance continuo de la erosión regresiva incrementa el riesgo de una paralización permanente de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, ubicada en las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. La eventual salida de operación de esta central implicaría la pérdida del 25% de la electricidad necesaria para cubrir la demanda del país.
Origen y avance de la erosión
Este fenómeno natural comenzó en febrero de 2020 con el colapso de la cascada San Rafael, situada en el río Coca. Desde entonces, la erosión ha avanzado de manera regresiva río arriba, afectando el lecho y las márgenes del río y formando socavones considerables. La erosión se reactivó significativamente tras el fuerte temporal del 16 de junio en la provincia de Napo, cuando el caudal del río alcanzó los 3.354 metros cúbicos por segundo al mediodía de ese día, según los reportes de Celec.
Proyecciones futuras
Un informe del Cuerpo de Ingenieros de la Armada de los Estados Unidos de febrero de 2024, revelado por PRIMICIAS, advierte que la erosión del río Coca podría alcanzar las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair en un plazo de dos a cinco años, poniendo en riesgo la estabilidad y funcionamiento de esta infraestructura crucial.