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El servicio de primera acogida brinda atención inmediata hasta lograr estabilizar a la víctima física y psicológicamente, toma de muestras y exámenes complementarios según la urgencia.
María Méndez, psicóloga de la sala de la primera acogida comentó que durante los meses de confinamiento por la pandemia por la COVID-19, se registraron agresiones en mayor porcentaje a niños, adolescentes, mujeres, personas con discapacidad y de la tercera edad.
El miedo al contagio sumado a las dificultades restrictivas para acudir a los centros de justicia y salud, no permitió a la mayoría de víctimas romper el silencio y recibir ayuda. “Recuerdo que a nuestro servicio llegó una niña de 8 años con su madre, evidenciando una condición de shock emocional, después de haber sido víctima de una agresión sexual por parte de un familiar cercano. Durante la entrevista manifestaba “ya no quiero vivir, nadie me quiere, me odio y odio a todos”, afirmó Méndez.
Recuerda que fue un caso que se lo trató psicológicamente durante varios meses. Actualmente ella tiene 13 años y aún visita la consulta eventualmente. “Reconocemos que las secuelas, tanto físicas como psicológicas son difíciles de sanar, sin embargo tenemos ahora una adolescente sensible frente a la temática de violencia, cuya ilusión es ayudar a otros niños en sus mismas circunstancias”, agregó.
Fuente Hospital General Docente de Riobamba