El cabo primero de la Policía Nacional, Guillermo Patricio Moreno Fernández, fue secuestrado, torturado y asesinado en circunstancias que aún permanecen bajo investigación. Su desaparición ocurrió el viernes 21 de febrero de 2025, cuando salió de su hogar rumbo a Guayaquil para cumplir con una cita médica. Horas después, su vehículo fue encontrado incinerado, desatando la alarma entre sus familiares y compañeros. El brutal crimen ha generado indignación y consternación en Ecuador, dejando más interrogantes que respuestas sobre los motivos detrás de este acto violento.
La tragedia comenzó cuando el cabo Guillermo Moreno, quien se desplazaba en el vehículo de su esposa, fue interceptado por desconocidos en el sector de San Joaquín, en el cantón Baba. Según las primeras investigaciones, los sujetos lo secuestraron, sometieron a tortura y posteriormente lo asesinaron.
Su cuerpo sin vida fue hallado cerca de la medianoche, abandonado a un costado de la vía, en las inmediaciones de un parque en construcción. La noticia devastó a su familia, que aún lucha por comprender las razones detrás de este brutal crimen.
El cabo Moreno es recordado como un hombre cariñoso, un padre protector y un esposo ejemplar. Su pérdida deja un vacío irreparable en su hogar, especialmente para su pequeño hijo, quien no tuvo la oportunidad de despedirse de su padre antes de cumplir años.
“Era un hombre dedicado a su familia y a su trabajo. No merecía terminar así”, declaró uno de sus familiares, quien pidió justicia ante este trágico suceso.
Las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para determinar los motivos del crimen y dar con los responsables. Aunque hasta el momento no se ha establecido un móvil claro, las primeras pistas sugieren que el caso podría estar vinculado a la creciente ola de violencia que afecta a Guayaquil y sus alrededores.
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A pesar de los avances en la investigación, los autores materiales e intelectuales del asesinato siguen siendo un misterio. Las autoridades están revisando cámaras de seguridad, recolectando testimonios y analizando evidencias forenses para identificar a los culpables.
El crimen ha causado indignación no solo entre sus familiares y amigos, sino también dentro de la Policía Nacional y la sociedad ecuatoriana. Muchos han exigido que se esclarezcan los hechos y se castigue a los responsables con todo el peso de la ley.
"Este caso no puede quedar impune. Guillermo dio su vida al servicio de la seguridad pública, y merece justicia", expresó un compañero de trabajo durante una ceremonia en su memoria.
El asesinato del cabo Moreno ocurre en un contexto de creciente violencia en Ecuador, particularmente en Guayaquil, donde enfrentamientos entre bandas criminales, extorsiones y ataques contra miembros de las fuerzas de seguridad se han vuelto alarmantemente frecuentes. Este caso subraya la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de seguridad para proteger tanto a los uniformados como a los ciudadanos.