Asesinato de policía y enfrentamiento con delincuentes en Flor de Bastión deja tres procesados
Un adolescente de 17 años, junto a dos adultos, ha sido procesado por el ataque armado que se produjo el lunes 24 de diciembre en Flor de Bastión, un sector del noroeste de Guayaquil. En el enfrentamiento, el cabo segundo Carlos Papaseit fue asesinado, y otros dos uniformados resultaron heridos.
El adolescente enfrenta cargos por terrorismo, un delito que conlleva una pena de hasta 22 años de prisión, mientras que los dos adultos están imputados por asesinato, con una sanción de hasta 26 años. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), los implicados formarían parte de la organización criminal Los Tiguerones.
Detalles del ataque
El ataque ocurrió cerca de las 11:00 a.m. cuando los delincuentes abrieron fuego desde una vivienda de dos pisos contra un grupo de policías que realizaban patrullaje en la zona. La balacera tuvo lugar cerca de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC). Ante la magnitud del enfrentamiento, los gendarmes pidieron refuerzos y lograron detener a los atacantes, dos de los cuales también resultaron heridos.
Dentro de la vivienda donde se encontraban los delincuentes se encontraron tres pistolas, dos fusiles, una granada, 172 cartuchos sin percutir y dos vehículos que los detenidos utilizaban para sus desplazamientos.
Prisión preventiva y proceso judicial
En la audiencia de formulación de cargos, se ordenó la prisión preventiva para los adultos y el internamiento preventivo para el adolescente. La Fiscalía ha dispuesto un plazo de treinta días para la instrucción fiscal.
La Policía Nacional expresó su pesar por la muerte del cabo Papaseit, destacando su heroísmo en el cumplimiento de su deber. El comandante general de la institución, Víctor Hugo Zárate, afirmó: "En el cumplimiento de su deber, dio su vida en un acto de heroísmo que sólo puede venir de quienes llevan en su corazón la vocación de proteger y servir".
Flor de Bastión, un sector conflictivo
El incidente ocurrió en Flor de Bastión, una de las zonas más conflictivas del distrito Nueva Prosperina, en Guayaquil. Este sector, conocido por su alta incidencia de actividades delictivas, sigue siendo un desafío para las autoridades en su lucha contra el crimen organizado.