El sacerdote Enrique Fabián Arcos Sevilla, reportado como desaparecido el 30 de octubre en Ambato, fue encontrado sin vida en la localidad de Panzaleo, provincia de Cotopaxi. El hallazgo se produjo tras cuatro días de búsqueda en los que participaron la Fiscalía y la Policía Nacional.
La Fiscalía General del Estado confirmó la localización del cuerpo del sacerdote Enrique Fabián Arcos Sevilla la mañana de este lunes, 4 de noviembre de 2024. Según informes preliminares, el cuerpo del religioso, de 53 años, presentaba signos de violencia. Las autoridades aún no han proporcionado detalles adicionales sobre las circunstancias del fallecimiento ni sobre posibles responsables.
La desaparición del sacerdote fue reportada por la Diócesis de Ambato, que difundió un comunicado oficial solicitando colaboración para su localización. Arcos Sevilla fue visto por última vez en la ciudadela Cristóbal Colón, en Ambato, el 30 de octubre.
La familia de Arcos informó que, un día antes de su desaparición, desconocidos habían robado en la vivienda que compartía con su madre en Ambato. El vehículo del sacerdote, un KIA rojo con placas TBK-4069, aún no ha sido ubicado.
El descubrimiento del cuerpo en Panzaleo cierra una búsqueda que movilizó a la comunidad y a las autoridades. La Fiscalía continúa con las investigaciones para esclarecer las causas y los detalles del deceso, mientras se espera el pronunciamiento de la Diócesis sobre este trágico desenlace.
El hallazgo del cadáver de Arcos ha conmocionado a la comunidad católica de Ambato y a la sociedad de Tungurahua, donde era muy querido por su labor pastoral. El cuerpo fue localizado la noche del 3 de noviembre en la parroquia Panzaleo, en el cantón Salcedo, Cotopaxi, una provincia distinta a la de su desaparición.
La última vez que se vio al sacerdote con vida fue en Ambato, en la ciudadela Cristóbal Colón, cerca del Colegio Bolívar. Familiares, amigos y miembros de la iglesia organizaron operativos de búsqueda al no recibir respuesta de sus llamadas.
Arcos tenía 26 años de servicio como párroco y había sido recientemente trasladado a la parroquia de Huachi Chico, en el sur de Ambato. Además, contaba con una discapacidad física, lo cual sus allegados señalan pudo haber influido en su vulnerabilidad frente a posibles agresores.