La esperada entrevista al presidente Daniel Noboa, transmitida el domingo a las 20:30, generó altas expectativas en la audiencia ecuatoriana. Sin embargo, el ambiente pasó rápidamente de la expectativa a la decepción, mientras el mandatario ofrecía respuestas percibidas como evasivas sobre la crisis energética que ha sumido al país en recurrentes apagones.
Durante los 60 minutos de entrevista, el presidente se centró en reiterar su compromiso de solucionar los problemas energéticos "si todo marcha bien" para la primera semana de diciembre. Sin embargo, muchos televidentes esperaban un abordaje más directo y cifras concretas sobre los planes para frenar la crisis. La falta de confrontación por parte del periodista y la omisión de detalles técnicos fueron percibidas por algunos como una entrevista complaciente y poco incisiva.
Además, se desató la controversia al descubrirse que el encuentro había sido pregrabado, un hecho que no fue comunicado en la transmisión. La diferencia horaria, visible en el reloj del mandatario, reveló que el diálogo tuvo lugar días antes de la emisión, lo cual alimentó aún más la desconfianza del público hacia el formato de la entrevista.
La entrevista ha dejado a gran parte de los ecuatorianos con un sentimiento de insatisfacción y con la preocupación de que el gobierno aún no brinde soluciones efectivas a los apagones que afectan la vida cotidiana. El tema sigue siendo motivo de debate en redes sociales, donde ciudadanos expresan su descontento y esperan una comunicación más clara y transparente.
