Ecuador está viviendo una crisis sin precedentes en materia de secuestros, con un incremento dramático en las llamadas de emergencia al ECU-911 relacionadas con estos delitos. En los primeros siete meses de 2024, se han registrado 1.227 llamadas a nivel nacional, de las cuales 551 corresponden a Guayaquil, lo que representa un asombroso 44,90% del total.
Los datos del ECU-911 revelan que Guayaquil se ha convertido en el epicentro de esta ola de secuestros, con un promedio de al menos 2,5 secuestros diarios. Las ciudades de Quevedo y Quito siguen como las más afectadas, con 122 y 56 llamados, respectivamente. Esta cifra representa un incremento de casi 10 veces en comparación con 2022, y una casi triplicación respecto al mismo periodo de 2023.
La madrugada del 2 de septiembre, un caso particularmente perturbador tuvo lugar en la Isla Trinitaria, cuando la hija de un secuestrado, escondida bajo la cama, alertó al 911 tras el violento ingreso de captores armados en su hogar. La policía, que rastreó el vehículo de los delincuentes mediante cámaras de videovigilancia, logró liberar a tres víctimas de secuestro en Monte Sinaí, y capturó a seis presuntos secuestradores, incluyendo una mujer y dos adolescentes de 15 años.
El oficial Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, explicó que el sadismo de los secuestradores ha aumentado, con víctimas sometidas a torturas extremas para forzar el pago de rescates. En un caso reciente, una víctima sufrió la amputación de un dedo y quemaduras, mientras se grababan las torturas para enviar los videos a los familiares.
El coronel Santamaría también hizo un llamado a reformar las leyes, argumentando que los menores de edad, a menudo reclutados por bandas criminales, están siendo responsables de gran parte de estos delitos debido a las medidas penales más laxas que enfrentan.
La situación se ha vuelto crítica, con bandas criminales diversificando sus métodos de financiamiento hacia el secuestro, aprovechando la pérdida de ingresos de otras actividades ilícitas. Los secuestradores están ahora atacando incluso a propietarios de pequeños comercios, especialmente en zonas comerciales como La Bahía en Guayaquil.