Este martes 3 de septiembre de 2024, Quilanga despierta bajo una densa nube gris, recordatorio del devastador incendio forestal que azota la región desde hace 12 días. A pesar de los esfuerzos incansables de más de 300 bomberos y el apoyo de equipos especializados, incluidas brigadas de Perú, el fuego continúa fuera de control.
Según datos del Puesto de Mando Unificado, con corte a las 15:00 del lunes 2 de septiembre, las llamas han consumido 7.600 hectáreas de cobertura vegetal, superando la cifra oficial de 4.800 hectáreas proporcionada por la Secretaría de Gestión de Riesgos. Sin embargo, el alcalde de Quilanga, Juan Carlos Santin, estima que las hectáreas afectadas ascienden a 10.000.
Daños Humanos y Materiales
El impacto del incendio va más allá de la devastación ecológica. Hasta ahora, 17 viviendas han sido afectadas, de las cuales tres han sido completamente destruidas, dejando a 79 familias damnificadas. El Puesto de Mando Unificado, instalado en la casa comunal de San Antonio de las Aradas, coordina las acciones de respuesta y monitorea la situación de cerca.
Desde el inicio del incendio, los bomberos han trabajado sin descanso para contener el avance del fuego. Este martes, las Brigadas Especializadas en Incendios Forestales realizan un monitoreo para determinar con mayor precisión el porcentaje del incendio que ha sido controlado, con la esperanza de frenar su avance antes de que cause más estragos.
Apoyo Internacional
El Gobierno de Perú ha respondido al llamado de emergencia, enviando helicópteros y un equipo especializado para colaborar en las labores de extinción. Sin embargo, la magnitud del incendio sigue siendo un desafío monumental para las autoridades locales y nacionales.
Quilanga, un cantón lojano conocido por su rica biodiversidad, enfrenta una de las peores catástrofes naturales en su historia reciente. La comunidad espera con ansiedad el fin de este desastre, mientras el humo y las cenizas continúan cubriendo el cielo.