La viruela del mono, conocida científicamente como mpox, ha vuelto a ser declarada una emergencia de salud pública de importancia internacional en 2024, debido al surgimiento de nuevas y más peligrosas variantes del virus. Esta nueva amenaza ha puesto en alerta a la comunidad global, con un aumento alarmante de contagios, especialmente entre niños y familias.
En 2022, la viruela del mono, conocida también como mpox, alcanzó el estatus de emergencia de salud pública de importancia internacional cuando los casos comenzaron a reportarse en países fuera de su área endémica tradicional en África. Antes de la declaración, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había registrado más de 16.000 casos en 75 países, incluyendo Estados Unidos y varios en Latinoamérica.
El brote de 2022 fue causado por una variante del virus menos peligrosa, con una letalidad de aproximadamente 0,1%. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente en 2024. La nueva emergencia sanitaria internacional ha sido declarada debido a la circulación de dos variantes del virus: una más virulenta con una letalidad de entre 3% y 4%, y otra menos peligrosa, similar a la de 2022.
Según reportes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC África), entre 2023 y 2024 se ha registrado un aumento del 160% en los casos de mpox en el continente. La crisis se debe principalmente a una subvariante de la más peligrosa, conocida como 1b, que ha mostrado ser capaz de desencadenar una epidemia más severa de lo que se anticipaba.
Un Cambio en los Patrones de Transmisión
A diferencia del brote de 2022, donde el contagio predominante fue por vía sexual, en 2024 se han identificado múltiples vías de transmisión. La OMS ha reportado contagios a través de animales infectados, relaciones sexuales, y de manera preocupante, en mujeres embarazadas y dentro de familias, afectando gravemente a los niños, quienes ahora representan un grupo con alta mortalidad.
Este cambio en los patrones de transmisión y la creciente tasa de letalidad han llevado a la OMS a activar el máximo nivel de alerta, subrayando la gravedad de la situación. Es la primera vez desde la pandemia de COVID-19 y el brote de mpox en 2022 que se emite una declaración de emergencia sanitaria internacional de esta magnitud.