Soldados ecuatorianos patrullan en los alrededores del Palacio de Carondelet en Quito, en respuesta al decreto de estado de excepción anunciado por el presidente Daniel Noboa el 9 de enero de 2024. La medida busca combatir la creciente violencia en el país y marca el inicio de la FASE 2 de la lucha contra el terrorismo en Ecuador.
El estado de excepción, que abarca las provincias de Guayas, Manabí, El Oro, Los Ríos, Santa Elena, Sucumbíos, Orellana y el cantón Camilo Ponce Enríquez en Azuay, permite a las Fuerzas Armadas apoyar a la Policía en tareas de seguridad. A pesar de no implementar un toque de queda, el decreto implica la suspensión de ciertos derechos civiles, como la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia. Esto permite a las autoridades ingresar a domicilios sin orden judicial y revisar toda comunicación enviada a personas privadas de libertad.
El presidente Noboa enfatizó que esta medida es crucial para enfrentar las amenazas del crimen organizado y grupos terroristas. Además, la Autoridad Nacional de Derechos Humanos ha sido encargada de documentar y reportar cualquier ataque, amenaza o riesgo relacionado con estos actores durante el estado de excepción. Al finalizar esta etapa, un informe detallado será presentado ante el Consejo de Seguridad Pública y del Estado, resumiendo las acciones y estrategias implementadas.
Esta decisión se enmarca en una serie de esfuerzos gubernamentales para restaurar la seguridad en Ecuador, un país que ha enfrentado un aumento significativo en los niveles de violencia y criminalidad en los últimos años. La presencia militar en el Palacio de Carondelet es un recordatorio visible del compromiso del gobierno con esta lucha.
