La brutal escalada de violencia en el cantón Durán, vecino a Guayaquil, parece no tener freno. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por combatir a las bandas criminales a través de estados de excepción y la "guerra contra el terrorismo", las cifras de homicidios continúan disparándose a niveles nunca antes vistos.
Durán se desangra ante la imparable violencia de bandas criminales
El cantón Durán, otrora apacible vecino de Guayaquil, se ha sumido en una espiral de violencia desenfrenada que amenaza con eclipsar los récords más sombrÃos. Pese a los esfuerzos del Gobierno Nacional por frenar el avance del crimen organizado a través de estados de excepción y la denominada "guerra contra el terrorismo", la criminalidad en esta localidad parece imparable.
Según cifras estremecedoras de la PolicÃa Nacional, hasta el pasado 7 de mayo, Durán registró 177 muertes violentas, un escalofriante incremento del 302,27% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando sumó 44 homicidios. Si esta tendencia continúa, se proyecta que la octava ciudad más poblada del paÃs podrÃa alcanzar hasta 504 crÃmenes al finalizar el 2024, superando incluso los alarmantes 442 asesinatos registrados en todo 2023.
La guerra sin cuartel entre las bandas Latin Kings y Chone Killers por el control del narcotráfico, el microtráfico de drogas, la extorsión y los secuestros, es responsable del 90% de estas muertes violentas, según las autoridades policiales. Sin embargo, la violencia ha trascendido los enfrentamientos entre grupos criminales y ahora permea todos los aspectos de la vida cotidiana en Durán.
Un vocero del sector empresarial local, que prefiere mantener el anonimato por razones de seguridad, reveló a PRIMICIAS que solo esta semana se han reportado dos nuevos secuestros, incluido el de un trabajador plagiado el pasado martes. Además, una empresa socia de la Cámara de Industrias de Durán recibió amenazas de dinamitar una subestación eléctrica cercana si no accedÃa a pagar una extorsión.
Ante esta escalada de violencia sin precedentes, el gremio empresarial exige la intervención directa de las Fuerzas Armadas. Renato Rivera, director del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), advierte que la militarización no necesariamente reduce la violencia, ya que entran en juego variables del entorno criminal más profundas, como el arraigado negocio del microtráfico de drogas que se potenció tras la pandemia de Covid-19.