Durante la posesión, en la Asamblea Nacional, el Presidente del Ecuador ratificó que su éxito se medirá cuando termine el mandato con el cariño y el respeto de la población.
No utilizó ni 10 minutos; por reloj, el discurso de posesión de Daniel Noboa Azin, presidente del Ecuador, duró 8 minutos y 53 segundos, incluyendo los saludos protocolarios. En resumen dijo saber la razón por la cual los ciudadanos votaron por el nuevo Ecuador, que él pregonaba. A pesar de los malos ratos vividos, de las persecución que afirmó vivió su familia, se siente con la obligación de poner al país primero y romper este ciclo de revanchas.
«No soy anti nada sino un pro Ecuador», afirmó Daniel Noboa Azin, en su discurso, frente a los asambleístas, al presidente de Colombia, Gustavo Petro; el vicepresidente de Honduras, Salvador Nasralla, y al cuerpo diplomático, entre otros.
«La realidad de los resultados se imponen, no podemos repetir las mismas políticas, por eso los ciudadanos votaron por un nuevo Ecuador», detalló y recordó que creció recorriendo el país junto al servicio social de su madre Anabella Azin y la política de su padre Alvarito, quien no estuvo en la Asamblea, en el evento de posesión; se lo ha visto enfermo.
Sobre las reformas económicas
También Daniel Noboa dejó en claro que la juventud no es sinónimo de ingenuidad sino de fuerza para vencer los retos que se imponen. Para combatir la violencia -apuntó- hay que atacar la desocupación y para eso se necesitan reformas urgentes, que enviará y espera sean tratadas con urgencia. En la primera sesión de gabinete, contó, pidió metas claras y medibles a sus ministros y más colaboradores.
Siempre ha sido de pocas palabras, comentó, pero también un hombre libre de prejuicios y políticamente distinto para muchos. Advirtió que quienes busquen atraparlo en viejos esquemas fracasarán. Resaltó que en ningún gabinete se han registrado tantos jóvenes y tantas mujeres.
«Esa rica mezcla representa a todo el Ecuador y eso se requiere, un Ecuador que incluya a todos, sumemos esfuerzos, ya que el anti tiene un techo y el pro es infinito. Dejemos los viejos esquemas políticos».
En su discurso, en dos ocasiones agradeció a su esposa Lavinia y en una a su madre Anabella Azin y a sus hijos. Por ser tan pequeños, anotó, «aún no se dan cuenta de la magnitud de mi agradecimiento por esta lucha que deberán hacer».
Sin embargo, Daniel Noboa resaltó que todos los sacrificios que él y su familia hagan serán pocos comparados con los que hace la mayoría de ecuatorianos, que viven en un país con violencia y marginación.
Además el presidente Daniel Noboa dijo muchas gracias a todos los que creyeron en él desde el primer día y quienes tuvieron la apertura para que los pueda representar. «Los invito a todos a trabajar en conjunto para acabar con el enemigo en común: violencia y miseria. El éxito no es haber llegado aquí sino que cuando nos toque marcharnos tengamos el cariño y el respeto de la mayoría. Ese éxito solo ocurrirá si nos unimos, la tarea es dura y difícil», lo dijo y gritó: «¡Viva el Ecuador!».
Antes de su discurso, cuando el expresidente Guillermo Lasso salía de la Asamblea Nacional, se escucharon gritos: «Fuera Lasso, fuera». Cuando Noboa y su familia salían del Pleno se oyó: «Llegó la esperanza que todos queremos…», la canción que usó en la campaña electoral.
