Actualidad
Familiares de los reos aguardan en los exteriores de la cárcel de Santo Domingo para recibir noticas de sus seres queridos. Foto: EL COMERCIO.
En el pabellón de mínima seguridad los reos se enfrentaron con lo que más pudieron. En horas de la tarde de este lunes, 18 de julio de 2022, los detenidos en ese lugar fueron sorprendidos por otros privados de su libertad, que entraron de forma violenta y los atacaron.
Los gritos desesperados y los pedidos de auxilio se escucharon hasta los exteriores.
Las detonaciones y el ruido de objetos filosos alarmaron a los parientes, que permanecían en el perímetro externo.
Luego llegaron los mensajes y videos a sus teléfonos.
Los chats los abrumaron y desesperaron porque luego de esas primeras comunicaciones, se perdió el contacto.
Lo que se sabía en principio fue por los familiares. Ante la falta de información oficial, esas imágenes se publicaron en redes sociales.
En las veredas aledañas ya se hablaba de las bandas Chone Killers y Ñetas, que habrían protagonizado los actos violentos.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, aseguró que se trató de una sublevación de una organización delictiva, luego de que se enteraran de la conformación de otro bando.
Apuntó a los R7, que son una facción de los Chone Killers, como los involucrados en esta reyerta.
También mencionó a alias Goyo, que mantenía el liderato de una de la organización que se estaba conformando.
Este detenido consta en la lista de los fallecidos en la revuelta. Los R7 ya fueron señalados en la crisis del 9 de mayo cuando murieron 40 reos. Entonces los R7 se enfrentaron con Los Lagartos.
Según inteligencia de la Policía, las represalias habían continuado desde aquel enfrentamiento. Pero dentro de la cárcel se venían controlando conatos de incidentes.
Esto ocurría en los pabellones A y C de mínima seguridad. Un ciudadano de Venezuela, que logró llamar a su esposa, relataba todo.
Decía que hace días les tendieron una cacería a 20 de sus compatriotas. Por eso él pidió que los deportaran ya que no pueden ir a otra cárcel del país. Carrillo indicó que 13 cuerpos fueron levantados. Temprano el Snai dijo que, además, hubo dos heridos.
El Ministro señaló que se levantan datos para verificar si entre los fallecidos hay personas de ese país. Para controlar esta nueva masacre, arribaron agentes de Manabí. Equipos antimotines ingresaron y lograron recobrar la normalidad en el interior de la cárcel. Después de las 18:00 solo hubo movimiento de personas en los exteriores del centro carcelario.
Incidentes previos
Los primeros disgustos empezaron hace siete días. Ese día hubo una requisa en el pabellón de máxima seguridad. Policías y militares encontraron una gran cantidad de armas de fuego, municiones, celulares y droga. Durante ese operativo, unos 18 policías fueron retenidos por los presos para que no continuara la requisa. También hubo ligeros disturbios, que no pasaron a mayores. El Snai decidió que 32 presos fueran trasladados a otras cárceles del país.
Los gritos desesperados y los pedidos de auxilio se escucharon hasta los exteriores.
Las detonaciones y el ruido de objetos filosos alarmaron a los parientes, que permanecían en el perímetro externo.
Luego llegaron los mensajes y videos a sus teléfonos.
Los chats los abrumaron y desesperaron porque luego de esas primeras comunicaciones, se perdió el contacto.
Lo que se sabía en principio fue por los familiares. Ante la falta de información oficial, esas imágenes se publicaron en redes sociales.
En las veredas aledañas ya se hablaba de las bandas Chone Killers y Ñetas, que habrían protagonizado los actos violentos.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, aseguró que se trató de una sublevación de una organización delictiva, luego de que se enteraran de la conformación de otro bando.
Apuntó a los R7, que son una facción de los Chone Killers, como los involucrados en esta reyerta.
También mencionó a alias Goyo, que mantenía el liderato de una de la organización que se estaba conformando.
Este detenido consta en la lista de los fallecidos en la revuelta. Los R7 ya fueron señalados en la crisis del 9 de mayo cuando murieron 40 reos. Entonces los R7 se enfrentaron con Los Lagartos.
Según inteligencia de la Policía, las represalias habían continuado desde aquel enfrentamiento. Pero dentro de la cárcel se venían controlando conatos de incidentes.
Esto ocurría en los pabellones A y C de mínima seguridad. Un ciudadano de Venezuela, que logró llamar a su esposa, relataba todo.
Decía que hace días les tendieron una cacería a 20 de sus compatriotas. Por eso él pidió que los deportaran ya que no pueden ir a otra cárcel del país. Carrillo indicó que 13 cuerpos fueron levantados. Temprano el Snai dijo que, además, hubo dos heridos.
El Ministro señaló que se levantan datos para verificar si entre los fallecidos hay personas de ese país. Para controlar esta nueva masacre, arribaron agentes de Manabí. Equipos antimotines ingresaron y lograron recobrar la normalidad en el interior de la cárcel. Después de las 18:00 solo hubo movimiento de personas en los exteriores del centro carcelario.
Incidentes previos
Los primeros disgustos empezaron hace siete días. Ese día hubo una requisa en el pabellón de máxima seguridad. Policías y militares encontraron una gran cantidad de armas de fuego, municiones, celulares y droga. Durante ese operativo, unos 18 policías fueron retenidos por los presos para que no continuara la requisa. También hubo ligeros disturbios, que no pasaron a mayores. El Snai decidió que 32 presos fueran trasladados a otras cárceles del país.
Fuente El Comercio